Nos perdimos en la batalla, no una, ni dos, sino en numerosas ocasiones, pero no por eso dejamos de ser guerreros.
Hemos visto compañeros caer, pero también les hemos visto levantarse una y otra vez, no dejamos de ser guerreros, nos enfrentamos a la oscuridad con cada acto, en cada día, iluminando nuestra vida y la de quien nos rodea, es lo que sabemos hacer, es lo que hacemos sin pensar, es lo que hacemos sin hacer…
No dejamos de ser guerreros, con o sin batalla, ahí estamos, en pie, frente a la adversidad. No luchamos por la luz, no luchamos por el hombre, no tenemos ninguna bandera, somos esencia divina en tiempos de conflicto, pacificadores de mares revueltos, esencia divina pura en momentos difíciles.
No estoy en guerra, soy la divinidad eterna materializada en un instante, cuando todo acabe, aquí seguiré, desde siempre, para siempre.
Esencia crística de millones de colores. No soy un guerrero de la luz, no soy un angel ni un maestro. Soy YO, despejando el camino, disipando la oscuridad y volviendo a casa.
No dejamos de ser guerreros, ni tenemos ningún miedo, portamos la mas poderosa de las armas, portamos nuestra poderosa ALMA. No estamos en guerra porque ya hemos vencido, en todo momento y en todo lugar.
Desde este momento, despejo mi camino, mi mente y mi vida, ilumino la oscuridad, soy la chispa divina, y vibro con la fuente, toda vibración densa quedó atrás, estoy libre y no podéis afectar mi energía nuevamente. Alma Brilla.
Bienvenido al camino de vuelta casa.
Me encanta el último parrafo, para usarlo como decreto.
Gracias por hacernos despertar.